Por Alejandro Reyes (@AReyesAnalisis)
Bucaramanga, 29 de abril. Conmemoramos 109 años de una historia que fluye paralela a la de Bucaramanga misma: la del Acueducto Metropolitano.
Esta fecha invita a la reflexión y al reconocimiento de una transformación ejemplar: la evolución de una necesidad básica —superar el rudimentario acarreo de agua en barriles tirados por burros— hacia la consolidación de una de las empresas de servicios públicos más sólidas y respetadas de Colombia.
El Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (AMB) es testimonio vivo de cómo la visión de líderes cívicos y empresariales puede cambiar el destino de una región. Su desarrollo no solo garantizó el acceso al agua potable, sino que sentó las bases para el crecimiento urbano, la salud pública y la calidad de vida de miles de familias.
Hoy, más de un siglo después, el AMB continúa siendo sinónimo de confianza, eficiencia y progreso. Su legado no solo sacia la sed de una metrópoli: también inspira a seguir construyendo un futuro sostenible para todos.